Emigrar en familia es una de esas decisiones que no se toman de un día para el otro. Es un proceso que empieza mucho antes de subir a un avión. Nace en una conversación íntima, en una necesidad compartida, en una intuición que dice: "hay algo mejor para nosotros allá afuera". Y, sobre todo, en la valentía de dar ese salto, aún con miedo.

Este artículo es una guía práctica para familias que sueñan con emigrar juntas. Pero más allá de los consejos y listas, queremos compartir nuestra historia. Una historia real, llena de dudas, planes, abrazos, despedidas, lágrimas, besos y muchas primeras veces.

Nuestra historia: de Merlo (San Luis) a Galicia, con tres hijos y un sueño común.

Somos una familia argentina, como muchas. Tenemos tres hijos: una adolescente y dos pequeños niños en edad escolar, con trabajo remoto, una rutina estable y mucho amor. Pero también con una sensación que nos empujaba a más: queríamos un entorno más tranquilo, más seguro, con oportunidades y derechos para todos. Queríamos que nuestros hijos crecieran sin miedo a salir a la calle, con una escuela pública que los abrace, con salud accesible, con una mejor calidad de vida.

Lucas trabaja como desarrollador de software para una empresa en Estados Unidos. Esa ventaja, tener un ingreso remoto y en dólares, fue una palanca enorme para poder pensar la migración con menos urgencias. Yo también tenía proyectos online, pero todavía en construcción. Entre los dos, fuimos soñando en voz alta, muchas noches, mientras los chicos dormían.

Un día dejamos de decir "algún día" y empezamos a decir "en junio del año que viene". Ahí empezó todo. El plan migratorio familiar.

✅ Paso 1: Entender por qué queremos emigrar.

Porque no se trata solo de irse. Se trata de a qué estamos yendo. ¿Qué buscamos? ¿Qué dejamos atrás? ¿Qué estamos dispuestos a perder, a transformar, a aprender?

Hicimos una lista escrita en papel. Cada uno aportó su parte:

• Una vida más tranquila
• Más tiempo de calidad juntos
• Educación pública real y gratuita
• Salir sin miedo
• Crecer como personas y como familia

Nos preguntamos también si estábamos listos para lo que venía: nostalgia, burocracia, cambios culturales, posibles frustraciones. Y decidimos que sí. Que el miedo no era más grande que las ganas.

✅ Paso 2: Elegir el destino que mejor se alinee con la familia.

No fue una decisión simple. España apareció primero como un deseo, por el idioma y la cultura compartida. Luego, Galicia se impuso por algo más profundo: su naturaleza, su calma, su clima, su gente amable, sus políticas de apoyo a las familias numerosas y su ritmo pausado.

Miramos videos, leímos foros, nos sumamos a grupos de argentinos en Galicia. Hicimos mapas, recorrimos ciudades por Google Street View, anotamos precios de alquileres, de escuelas, de supermercados. A Coruña nos enamoró.

Un día miramos el puerto y sentimos: "ahí vamos a estar".

✅ Paso 3: Reunir la documentación (y mucha paciencia).

Ahí empezó el gran desafío administrativo. Buscar partidas de nacimiento y matrimonio, legalizar, apostillar, traducir, pedir certificados penales, armar carpetas físicas y digitales.

Creamos carpetas por persona, escaneamos todo en PDF, lo subimos a la nube. Hicimos backups. Y aprendimos a esperar. Los tiempos de la burocracia pueden ser desesperantes, pero si hay algo que emigrar enseña es la paciencia activa.

Nuestro consejo: empezar con tiempo, hacer listas (check list), y no subestimar ni un solo papel. Todo puede ser necesario.

✅ Paso 4: Presupuesto: números que dan tranquilidad.

Aunque Lucas ya trabajaba de forma remota, quisimos prever todo como si no tuviéramos ingresos por unos meses. Planeamos hasta el mínimo detalle:

• Pasajes
• Airbnb
• Alquiler formal + fianza + seguro de impago + honorarios de la Real estate
• Muebles
• Servicios
• Comida, transporte, ropa de estación
• Trámites, emergencias

Guardamos un fondo de emergencia. Vendimos cosas, pusimos en pausa lo material y apostamos a lo esencial.

✅ Paso 5: Trabajo remoto, resiliencia y reinvención.

Tener ingresos al llegar fue una ventaja enorme. Pero eso no quitó desafíos. Lucas seguía trabajando para EE.UU., con diferencia horaria, en una casa nueva, sin muebles, con niños en adaptación y en pleno proceso de tramitación de residencia de teletrabajador de carácter internacional (nómada digital).

El trabajo remoto nos permitió cubrir los gastos mientras iniciábamos los trámites migratorios: como el empadronamiento, la solicitud del NIE y el TIE, pero también implicó organizar todo con cuidado para cumplir con los tiempos laborales y, a la vez, avanzar con la legalización de nuestra situación, la cuál solo demoró poco más de una semana.

Yo comencé a dedicarme al contenido digital y a nuestro proyecto familiar: contar nuestra historia para ayudar a otros. Así nació "Emigramos en familia a España". Una forma de trabajar, pero también de dar sentido.

Aun así, nos preparamos para lo imprevisible. Porque emigrar siempre tiene una cuota de improvisación.

✅ Paso 6: La escuela, nuestro próximo gran paso.

Buscar escuela fue una de nuestras prioridades desde el momento en que decidimos emigrar. Antes de llegar, ya investigábamos cómo funciona el sistema educativo en España, qué tipos de colegios hay, cuáles son los requisitos, y cómo sería la adaptación para nuestros hijos.

Llegamos en junio, cuando el ciclo lectivo ya estaba cerrado, así que tuvimos que iniciar una solicitud fuera de plazo para conseguir vacantes para los tres. Fue un proceso con mucha espera, incertidumbre y trámites que todavía continúa mientras escribimos esto.

A pesar de no haber empezado aún las clases, hemos recibido orientación en los centros educativos y en la oficina de escolarización. Ya conocimos los colegios donde podrían asistir nuestros hijos y nos estamos preparando emocionalmente como familia para ese nuevo comienzo.

El sistema educativo español nos da tranquilidad. Sabemos que el proceso puede demorar, pero confiamos en que, pronto, nuestros hijos tendrán su lugar, harán amigos y comenzarán a construir su historia escolar en este nuevo país.

✅ Paso 7: Alquiler: del Airbnb a nuestro nuevo hogar.

Llegamos con todo organizado: reservamos un Airbnb por 7 días para instalarnos y descansar tras el viaje. Aprovechamos esa primera semana para hacer los trámites más urgentes y adaptarnos al nuevo entorno.

Días antes de emigrar desde Argentina, ya habíamos logrado alquilar un piso de forma remota. Nos pidieron contrato laboral, papeles y tuvimos que contratar un seguro de alquiler o impagos.

El piso es luminoso, amplio, está cerca de todo: escuelas , supermercados, parques y playa. Nos mudamos a la semana de haber llegado, y desde entonces empezamos a convertir ese espacio en nuestro hogar.

✅ Paso 8: Las emociones.

Uno de los temores más comunes al emigrar es cómo nos afectará emocionalmente. Muchos imaginan que el cambio trae tristeza o nostalgia constante. En nuestro caso, la experiencia está siendo distinta.

No extrañamos tanto como creíamos, en parte porque podemos conectarnos con nuestros seres queridos por videollamada siempre que queremos. Estamos descubriendo nuevos sabores, costumbres, paisajes, formas de hablar y de vivir. Cada día sentimos que aprendemos algo. Hay entusiasmo en cada paseo, cada trámite superado, cada conversación con gente local.

Nos da alegría probar una empanada gallega distinta, caminar por un parque cerca de casa, escuchar a nuestros hijos decir sus primeras palabras en gallego. Nos emociona verlos curiosos, abiertos y adaptándose con naturalidad.

El corazón no se estira por dolor, sino por expansión. Y eso también es emigrar: abrirse a lo nuevo con gratitud.

Fué una decisión de amor

Emigrar no es escapar. Es elegir. Elegir crecer, apostar, confiar, construir algo nuevo.

Nosotros lo hicimos. Con miedo, con dudas, pero con mucho amor. Y si hoy estás leyendo esto con ese cosquilleo en el pecho, ese que dice "yo también quiero", entonces te decimos: sí, se puede.

Con un plan, con tiempo, con paciencia y sobre todo, con familia.

Te invitamos a seguir nuestra historia, compartir la tuya y animarte a dar el paso cuando llegue el momento.

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